Bernabé Herrada, el zapatero de Melilla
Bernabé Herrada hijo, el mayor de todos los hijos de Magdalena Ruíz y Bernabé Herrada, ejerció en Melilla La Vieja de zapatero durante varios años de juventud. Siempre que lo visitaba o lo veía en su casa de Málaga un cuadro óleo justo encima de su sillón me recordaba que nunca olvidó este oficio y lo añoraba.
Cuando se casó y nació su primera hija, que también tuvo la familia que salir de Melilla porque el abuelo se puso muy enfermo, seguramente él tuvo que emigrar a Málaga y allí se empleó como representante de materiales de obra con contrato pero en parte a comisión.Nunca olvidó su oficio de zapatero pero tampoco su pasión por la pintura y aunque el devenir de la vida le llevó por otros derroteros en cuanto pudo se dedicó a pintar y a escuchar poesía, y no me importaba darle una y otra vez libros para dárselos a sus amistades. Sus cuadros, no muchos, eran de una técnica que yo llamo de manchas o manchones, no era una pintura realista sino reflejos de la realidad tal como la percibía él con una técnica que le faltaba mucho por depurar.
En el cuadro sobre su sillón favorito desde donde veía la televisión estaba él remendando zapatos, pero no parecía él más allá de lo que yo lo conocía porque en la pintura era delgado y joven, casi un chaval, y yo lo conocí cuando de pequeño, casado y con tres hijas de las que siempre recibíamos fotos de mi abuela cuando nosotros vivíamos en Almería.
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