Un poema para recordar las invasiones
Miedo a la invasión, crueldades insospechadas, por el mañana y la mañana, por el crepúsculo y el ocaso, la aurora de reconocer un mal por venir, de un mundo con nombre, hombres, y rincones inimaginables. Crepúsculo de antigua creencia, una extensión limitada, pequeña en el concepto de cosas, el mismo Hombre colocando las fronteras, en el pensamiento, y en sus mismas profundidades interiores. El principio, cuando muchos siglos, cuando nadie sabe, el tenebroso sol en sus escondrijos inalcanzables. El estigma, las bestias, en su concepto y comprensión, hundir el mundo por milenios. Cicatrices de los imperios crearon el orgullo, para acallar los escondidos avatares, la bestia que dormida molestada despierta, rugiendo y engullendo como solo no sabe de lo que está hecha. Pregunta por como cuántos hombres atrapo entre sus fauces, en sus cavernas, juntando trofeos, festines y matanzas, tejiendo sus trajes de deificación y guerra. Bernabé Ramírez...